Ha vuelto a ocurrir. A principios de noviembre. Coincidiendo con el sueño de una noche de luna llena. Así hemos vuelto a nuestra tierra. A la que ha gestado como fruto nuestro primer aceite. Así, tal como ven, volvimos a recolectar nuestra aceituna, de forma nocturna, como ya se hacia en la antigua Roma. Teníamos la noche y teníamos el fruto. Como resultado: otra cosecha especial, delicada, única, exclusiva y limitada.
En Palacio Oliaxi estamos macerando un aceite fuera de lo común. Equilibrado, resistente, fresco. Un aceite de oliva que merece ser saboreado. Lentamente, como se paladean los sueños con el mejor final. En Palacio Oliaxi hemos creado un aceite extraído conforme se seleccionan y recolectan las aceitunas, cuidadosa y artesanalmente. El único camino posible para conseguir que nuestros olivos y nuestro aceite respeten la esencia de nuestro proyecto. De nuevo, la mezcla de aromas y sabores entre los que predomina ese regusto a tomatera, plátano, Almendra verde, alcachofa y fresa.
0 comentarios